Templo De La Reina Hatshepsut
El templo de Hachepsut fue construido en la roca. Tiene tres pórticos, conectados por un amplio camino, que sirve como el pórtico principal del templo de arriba.
Estas grandes explanadas servían para recibir grandes multitudes durante las ceremonias religiosas y estaban en gran parte rodeadas de árboles y plantas ornamentales.
En el interior del templo se pueden encontrar numerosas pinturas que representan a la reina y al dios Amón-Ra, deidad muy venerada en el siglo XVIII.
Estas imágenes representan el nacimiento sagrado de la reina-faraón, su viaje a Punt, el reino del Mar Rojo, y la ofrenda de sacrificios a varios dioses.
A pesar de los extensos daños y saqueos que se han producido en esta zona a lo largo del tiempo, todavía quedan muchas tallas en el segundo piso que representan a la Reina y al dios Amón-Ra.
La ubicación del templo, al pie de las rocas desnudas, crea un maravilloso paisaje que refleja la belleza que desearon sus constructores.
El templo de Hatshepsut se considera un monumento de Egipto, su estructura es cercana al método de la arquitectura clásica.
Obra representativa de la arquitectura funeraria del Imperio Nuevo, que muestra una gran imagen del faraón levantando un santuario para honrar a los dioses con los que viviría después de la muerte.
La estructura original del templo cambió mucho debido a una reconstrucción fallida a principios del siglo XX.
¿Dónde se encuentra ubicado el Templo de Hatshepsut?
En Deir el-Bahri, lo primero que se ve son los espectaculares y escarpados derrumbados de caliza que se elevan casi 300 metros por encima de la llanura del desierto.
Es un monumento natural de inmensa belleza, pero luego se descubrirá que a sus pies, se levanta otro monumento creado por el hombre y aún más extraordinario, el asombroso Templo de Hatshepsut.
¿Quién y por qué se construyó el templo?
El templo fue construido por alrededor de 15 años como un lugar funerario, en el mandato de la reina Hachepsut, quién era hija de Tutmosis I y fue la primera mujer faraón.
Los antiguos egipcios consideraban que este valle era sagrado por su conexión con la diosa funeraria Hathor.